Resiliencia portuaria: Cómo hacer que los puertos sean inmunes a futuras perturbaciones

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¿Qué implica la resiliencia portuaria?

La resiliencia portuaria se describe como la capacidad de los puertos para anticiparse y responder a situaciones cambiantes, así como para sobrevivir y/o recuperarse rápidamente de las interrupciones, con el objetivo de preservar la sostenibilidad de las operaciones y el flujo de carga hacia, desde y a través de los puertos.

Debido a la multitud de interdependencias inherentes a las cadenas de suministro, la ruptura de cualquier nodo de la red puede tener un impacto inmediato en la demografía, su seguridad y bienestar, así como en la economía regional y sus empresas.

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¿Por qué es fundamental que los puertos sean resistentes?

Los puertos son responsables de vincular la economía mundial, ya que gestionan aproximadamente el 90% de todo el comercio global. Además, el sector del transporte marítimo genera unos 940 millones de toneladas de CO2 al año, lo que supone aproximadamente el 2,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

En el funcionamiento y la gestión de los puertos, el concepto de resiliencia se vuelve más esencial a medida que el nodo de transporte, la cadena de suministro y la economía regional adquieren mayor importancia. Dado que los puertos son susceptibles de sufrir diversas interrupciones, es fundamental contar con instalaciones y operaciones capaces de recuperarse rápidamente de un contratiempo. Esto sugiere que un sistema de transporte marítimo es capaz de aprender y adaptarse a los contratiempos del pasado.

Interrupciones que afectan a los puertos

Las perturbaciones pueden deberse a diversos factores; algunos son previsibles, muchos son accidentales y otros son imprevistos. Los problemas pueden ser intrínsecos a las operaciones portuarias si son causados por razones de competencia del puerto, como un fallo del equipo debido a un mal mantenimiento o un fallo de seguridad causado por la falta de medidas de seguridad. Los puertos también pueden verse afectados de forma externa cuando las causas de los acontecimientos escapan a la autoridad del puerto, como un huracán o una crisis económica.

A. Condiciones meteorológicas adversas

Como ocurre con la mayoría de los medios de transporte, el transporte marítimo puede verse afectado por condiciones meteorológicas extremas. Sin embargo, cuando se trata de condiciones meteorológicas extremas, los puertos cuentan con una de las infraestructuras más sólidas del sector. Las tormentas de nieve, las tormentas eléctricas y los fuertes vientos pueden interrumpir el funcionamiento de las grúas y posiblemente colapsar los contenedores, pero el riesgo de daños en la infraestructura es mínimo. El calor extremo puede poner en peligro las actividades portuarias y destruir los componentes estructurales por expansión térmica. Los huracanes son los que más preocupan, ya que pueden paralizar las operaciones portuarias durante varios días mientras las aguas se retiran y se limpian los escombros.

Existen otros peligros naturales para las operaciones portuarias bajo el paraguas de las polifacéticas consecuencias del cambio climático, muchas de las cuales son inciertas y difíciles de cuantificar. Junto con el riesgo de huracanes, el aumento del nivel del mar es una preocupación directa para la actividad portuaria. Las terminales portuarias, por su parte, son estructuras robustas destinadas a resistir las mareas. Cualquier subida del nivel del mar que se prevea tendrá, casi con toda seguridad, un efecto sobre las infraestructuras cercanas, como las carreteras de acceso, antes de causar estragos en las infraestructuras portuarias. El cambio climático también puede afectar a las conexiones del interior de los puertos.

A finales de mayo de 2021, el ciclón Tauktae causó estragos en la costa occidental de la India. La tormenta tuvo un efecto devastador en el estado indio de Gujarat. El puerto de Pipavav tuvo que interrumpir sus operaciones hasta el 1 de junio de 2021 para compensar los daños causados por el ciclón Tauktae. La infraestructura del puerto permaneció intacta y no se registraron víctimas mortales, aunque el puerto se vio afectado por un corte de electricidad.

B. Perturbaciones de origen humano

● Accidentes

Las perturbaciones antropogénicas están relacionadas con las actividades humanas, especialmente los fallos de gestión y operativos y los trastornos laborales. Aunque los accidentes en las instalaciones de las terminales pueden ser obstructivos, la gran mayoría tienen un efecto insignificante en la capacidad total. Los errores de maniobra de los buques han causado daños en los muelles e incluso han derribado grúas, lo que ha provocado la pérdida de capacidad de la terminal y la necesidad de costosas reparaciones. Aunque los percances de la infraestructura y la maquinaria pueden producir interrupciones periódicas, éstas pueden minimizarse mediante el mantenimiento predictivo y la seguridad operativa.

Los accidentes en el canal de acceso también podrían cerrar parcial o totalmente las terminales portuarias o las rutas transoceánicas. En la situación más desagradable, un accidente en la vía de acceso al puerto (canal navegable o esclusa) podría provocar el cierre total o parcial del puerto. Las repercusiones de un bloqueo portuario varían según el puerto, en función de las alternativas disponibles. Un bloqueo de la entrada tiene como consecuencia directa impedir la entrada del tráfico marítimo en el puerto durante el periodo del bloqueo. Esto significaría que las actividades marítimas rutinarias se paralizarían al menos durante unos días, si no meses.

Una de las mayores explosiones no nucleares de la historia destruyó el puerto de Beirut y arruinó más de la mitad de la ciudad el 4 de agosto de 2020, debido a décadas de mala gestión gubernamental y corrupción en el puerto. La catástrofe fue causada por la explosión de toneladas de nitrato de amonio, una sustancia química altamente inflamable que suele utilizarse en la agricultura como fertilizante de alto contenido en nitratos, pero que también puede utilizarse para fabricar explosivos.

Conflictos laborales

Las huelgas provocadas por conflictos laborales pueden obstaculizar las operaciones de los puertos y las terminales, lo que puede provocar el cierre de facto de los mismos. Los sindicatos suelen ser prominentes en los entornos portuarios, sin embargo, existen disparidades significativas en el poder sindical entre los puertos marítimos y los países. Los sindicatos (que representan a los estibadores y a los prácticos) inician la mayoría de las huelgas portuarias en oposición a los planes de reforma portuaria propuestos, a la legislación sobre la prestación de servicios náuticos, a los niveles salariales y a las compensaciones, así como al entorno laboral en general y a las disposiciones en el marco de las negociaciones de los convenios colectivos.

● Acontecimientos económicos y geopolíticos

Los acontecimientos geopolíticos, los conflictos notables, tienen un efecto perturbador importante en los puertos implicados. Las infraestructuras portuarias pueden resultar dañadas, destruidas y descuidadas como consecuencia del conflicto. Como contrapartida, se pone en peligro su capacidad para satisfacer la demanda básica de mercancías críticas. Las restricciones económicas pueden tener un efecto perjudicial sobre la actividad portuaria tanto en los puertos del país sancionado como en los de sus socios comerciales.

Se trata de otra categoría de perturbaciones relacionadas con la demanda derivada de los puertos. Las actividades de los puertos están ligadas a fuentes de demanda externas que generalmente están fuera de su control. Las crisis económicas y políticas pueden interrumpir las operaciones portuarias indirectamente al afectar a la demanda de carga.

Los puertos que se desarrollan en mercados muy volátiles son vulnerables a las frecuentes y delicadas fluctuaciones del tráfico, como demuestran los puertos argentinos, como el de Buenos Aires, que han progresado lentamente en las dos últimas décadas, pero han sufrido una serie de fluctuaciones.

C. Riesgos de ciberseguridad en los puertos

Para aumentar la rentabilidad, la mayoría de los operadores portuarios han incorporado progresivamente la cibertecnología a sus operaciones. Sin embargo, esta digitalización ha creado una importante debilidad ante la creciente amenaza cibernética. En cualquier caso, el sector portuario debe hacer frente al rápido desarrollo de la digitalización y a los peligros que conlleva para mantener unas operaciones eficientes y rentables, sobre todo teniendo en cuenta la vulnerabilidad a las interrupciones.

A finales de julio de este año, un ciberataque a la Red de Puertos Africanos supuso una crisis de suministro de alimentos. Este letal asalto al operador estatal de puertos y ferrocarriles de carga de Sudáfrica le obligó a declarar su segunda brecha en menos de un mes.

Los puertos dependen cada vez más de la tecnología para mantener la competitividad, cumplir con leyes y normas específicas y optimizar las operaciones. Esto eleva el listón y la complejidad de la ciberseguridad, tanto en el ámbito de la tecnología de la información (TI) como en el de la tecnología operativa (TO). A principios de agosto de 2021, un fallo de hardware suspendió las operaciones en la terminal de contenedores de Houston.

Sin embargo, como consecuencia del rápido desarrollo de la digitalización, los puertos se enfrentan hoy en día a una serie de problemas de ciberseguridad, algunos de los cuales son bastante genéricos y aplicables a cualquier sistema informático u OT, mientras que otros son más bien específicos de los entornos portuarios. A pesar de los problemas y las repercusiones negativas de un ciberataque, es esencial que los puertos refuercen sus prácticas de seguridad.

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Estrategia para mejorar la resistencia de los puertos

La mejora de la resiliencia portuaria requiere estrategias de adaptación que mitiguen la gravedad de las perturbaciones o aceleren la recuperación. Las más frecuentes son las siguientes:

Mejorar la resistencia de las infraestructuras portuarias a los peligros naturales, como los terremotos, y a los riesgos de origen humano, como los accidentes y las sustancias peligrosas.

  • Desarrollar métodos de desvío del tráfico que tengan en cuenta el cierre de elementos portuarios específicos, como una terminal o un corredor de acceso. Esto puede exigir la utilización de terminales alternativas dentro del puerto. En el caso del acceso al interior, esto puede implicar el uso de un modo o corredor diferente.
  • La preparación se aconseja con frecuencia como técnica para mitigar los daños y conlleva la instalación de equipos, componentes y material para sustituir o reparar la infraestructura destruida. Además, ayuda a identificar a las personas que deben estar disponibles para administrar la terminal y reparar los cimientos e instalaciones dañadas.
  • Para evitar accidentes industriales, hay que aplicar estrictamente las normas sobre materiales peligrosos. Por otra parte, los accidentes industriales se producen con frecuencia no por el incumplimiento de las leyes, sino porque las autoridades desconocen el alcance y las condiciones en que pueden alojarse las mercancías peligrosas en las instalaciones portuarias.
  • La preocupación por la ciberseguridad ha puesto de relieve la importancia de invertir en tecnologías de la información como componente fundamental de la resistencia portuaria.
  • La técnica de mitigación más drástica es el traslado de las instalaciones de la terminal a lugares de menor riesgo. Puede ocurrir cuando una terminal ha sido dañada hasta el punto de que las reparaciones ya no son económicamente viables, y el cierre de la terminal se convierte en la única opción. Así, se elige una nueva ubicación más resistente y menos propensa a las interrupciones.

Las autoridades portuarias pueden contribuir significativamente a la minimización de riesgos y a la flexibilidad. Un ejemplo destacado de este potencial es la diversidad de respuestas y medidas creadas por las autoridades portuarias tras la pandemia de COVID-19, que condujeron al desarrollo de la capacidad de recuperación y a la mitigación de importantes interrupciones operativas.

El objetivo último de los mecanismos de adaptación afirmados es mantener las instalaciones portuarias operativas, principalmente como un nodo crítico que apoya las redes de suministro en todo el mundo.

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