No hay duda de la magnitud del problema. Y la necesidad urgente de atajarlo. El transporte marítimo representa casi el 3% de las emisiones anuales deCO2 del mundo, según la OMI. En 2018, los delegados de la OMI acordaron reducir las emisiones en un 50% respecto a los niveles de 2008 para 2050. Pero con menos de tres décadas por delante, el objetivo parece más inalcanzable que nunca. El desarrollo de alternativas viables al gasóleo es un reto que requiere más tiempo que nunca. ¿Puede el amoníaco verde resolver la crisis del carbono en el transporte marítimo?
Investigadores de la ETH de Zúrich aportan nuevas ideas sobre el potencial de reducción de emisiones de la electricidad en tierra utilizando los datos del AIS de FleetMon.
Puerto de Felixstowe y carriles para buques de alto tráfico que utilizan FleetMon Explorer
La urgencia de la acción climática expresada por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) exige una rápida adopción por parte del mercado de medidas de reducción deCO2 en todos los sectores. En el caso del transporte marítimo internacional, la Comisión Europea ha subrayado con frecuencia el importante papel que desempeña el suministro de electricidad en tierra a los buques atracados, ya que se trata de una forma bastante sencilla de reducir las emisiones deCO2 de los buques, pero también debido a los considerables beneficios colaterales: La contaminación atmosférica local en los puertos marítimos está causada principalmente por las emisiones de los buques atracados y supone una grave amenaza de mortalidad prematura para los residentes locales.